NUESTRA PROPUESTA

       Este proyecto surge a partir del recorrido de trabajo de 18 años, primero en el área de Educación Especial y luego como terapeuta en Estimulación Temprana, formando parte de un equipo interdisciplinario.
      En uno u otro ámbito ante el encuentro con un niño con Trastorno Generalizado del Desarrollo, el planteo institucional se ve interrogado, así como también las intervenciones deben verse modificadas.
      Desde la Escuela Especial el planteo es, en su mayoría, para niños con Necesidades Educativas Especiales de 5 a 6 años en adelante, con un trabajo casi exclusivamente basado en lo pedagógico, donde los niños con Trastorno Generalizado del Desarrollo no son incluidos dentro de esta población, puesto que se requiere de otro tipo de trabajo que pueda atender al momento constitutivo de la estructura psíquica de los niños.
     En el ámbito terapéutico el trabajo se plantea uno a uno (terapeuta-niño), con una concurrencia de dos a tres veces por semana 45 min. por sesión, con un trabajo intensivo con padres, sobre todo en el área de Estimulación Temprana.
    No obstante, al llegar a la edad de 3, 4 años, los niños terminan tratamiento de Estimulación Temprana y comienzan otro tratamiento de acuerdo a la derivación pertinente, pero empieza a plantearse como conflictivo el tema de la escolaridad.
    El tratamiento comienza a tornarse insuficiente, el niño requiere de espacios para compartir con otros y nos encontramos con escuelas especiales que no toman niños con Trastorno Generalizado del Desarrollo, salvo en el servicio de T.E.S., que resulta un recurso escaso para la demanda actual de niños con estas características encuadrados en edades de tres años en adelante.
    Encontramos también jardines de infantes comunes que no están preparados para recibirlos sin integración mediante, realizada por la escuela especial.
    Todos los niños presentan necesidades educativas colectivas e individuales, y solo algunos de ellos presentan Necesidades Educativas Especiales. Dentro de las NEE existe este grupo de niños con TGD con un requerimiento diferente desde la particularidad en su constitución psíquica.
    La pregunta es entónces ¿quién responde a las necesidades de este grupo de niños pequeños con TGD?¿que sucede con su posibilidad de socialisarse, de ser incluidos en un jardín de infantes, de compartir con otros desde un lugar productivo para todos?
    La realidad es que cada vez encontramos más niños con diagnóstico de Trastorno Generalizado del Desarrollo de entre 3 y 6 años sin escolaridad alguna, solo con tratamiento. O bien, formando parte de un grupo de jardín común, sin acompañamiento, al cual son admitidos ignorando el diagnóstico del niño y sin tratamiento de ningún tipo que sostenga las intervenciones, con lo cual este espacio tampoco termina siendo provechoso para el niño ni para el grupo.
   Por otra parte, los lugares que ofrecen su servicio para trabajar con esta población de niños, ofrecen en su gran mayoría, un abordaje de terapia cognitivo-conductual que tiende al adiestramiento y no al armado de su constitución subjetiva.
   Esta propuesta intenta trazar un cambio en la mirada del abordaje terapéutico y educativo que hasta ahora se viene llevando a cabo; planteando un trabajo flexible y artesanal con cada niño atravesado por una ética psicoanalítica, respetando su singularidad, pero a su vez, incorporando una legalidad institucional que les permita pertenecer, ser alojados, sentirse parte.
   Pensar en un terapeuta que conduzca el pequeño grupo y haga eje en la apertura de otros espacios y otras personas para el niño se basa en la concepción de terapeuta único, desde donde se habilita una instancia de terceridad que organiza y abre nuevas posibilidades de lectura a las producciones de los niños.
   La posibilidad de un abordaje grupal es pensado desde una perspectiva psicoanalítica de Grupo como nudo de borromeo planteada por G. Jasiner, donde todo gira alrededor de una tarea, como grupo que sostiene la producción, que arma red para sostener y posibilitar que las singularidades florezcan, que tiene una lógica de funcionamiento que va desde la alienación a la separación, ofreciendo nuevas vueltas de espiral a la posibilidad de constitución subjetiva de un niño pequeño con esta problemática, es lo que sostiene nuestra clínica.
   Una mirada basada en la pedagogía de Vigotsky, enfocada a la posibilidad de trabajar desde el concepto de Zona de Desarrollo Próximo, desde donde todo aprendizaje se da primero socialmente para luego poder internalizarse y hacerse propio.
   Desde este lugar el niño puede ser andamiado por otro, pero también, en ocasiones puede servir de andamiaje a otros y contribuir en el armado constitutivo y en el aprendizaje de otro.
   Por ello, este proyecto intenta dar una respuesta posible a esta población de niños, con una propuesta basada en un entrecruzamiento clínico-educativo que permita alojarlos atendiendo a su subjetividad y a sus posibilidades de aprendizaje con otros, promoviendo un trabajo grupal e individual, procurando incluir a los padres en las decisiones que se tomen respecto del trabajo con sus hijos, con propuestas individuales y talleres grupales también para ellos, atendiendo a la posibilidad de creación de nuevos significados que ayuden a comprender y acompañar la problemática de los niños.

                                                                                                         Lic. Martina Pacheco